Cantiga 97 del rey de Castilla Alfonso X, el Sabio. Cantigas de Santa María.
Esta es cómo Santa María quiso guardar de la muerte a un privado de un rey, que lo habian calumniado.”
“La Virgen siempre va a socorrer, a socorrer, y a valer, a valer, al cuitado.”
De esto, un milagro os contaré que, en Cañete, como he encontrado, hizo la Virgen, por el hombre servidor de un rey, con el que lo enemistaron, como he aprendido, y bien sé que tramaban hacerlo morir.
De tal manera lo calumniaban, que pronto el rey lo hizo venir ante sí. Pero él, con gran pesar y angustia, se echó a llorar y rogó a la Virgen cuanto pudo. Además donó a la Iglesia un rico paño, y se hizo siervo suyo, y tenía por nombre Mateo, y bien fácilmente podrán conocerlo en la casa del rey.
Y, después de que en la iglesia puso su don, e hizo llorando su oración, tomó el camino con gran miedo en su corazón, de que pudiera hallar lesión o muerte por haber sido objeto de tal calumnia.
Y cuando llegó adonde estaba el rey, éste envío por él a sus hombres, pero él se encomendó mucho a la Virgen; después entró ante el rey, se dispuso, y comenzó a decirle así:
“Señor, habéis enviado por mí, y, en cuanto vi vuestra carta, vine cuanto antes pude, y heme aquí.”
Y el rey luego le repuso así como oí:
“Una cosa querría saber de vos, si es verdad que hicisteis, como dicen, tanto mal y tan descomunal.”
Repuso él: “¿Cuál?”
El rey le contestó: “Tal y de tal manera.”
Dijo él: “¡Váleme, Santa María, con tu poder! Esto que os dijeron, Señor, es mentira, y no la visteis mayor; si vuestra merced lo dispone, enviad allí un inquisidor vuestro y mejor podréis por él entender los hechos.”
Repuso el rey: “Esto me place y tengo para mí que cumplís bastante, y siempre quiero hacerlo, a no ser un caso extremo.”
Y dispuso un hombre de paz que, sin demora, fuese a inquirir la verdad de ello.
Este hombre se dispuso a ir en seguida, e hizo venir gente de la tierra, para que descubrieran la verdad de los hechos, y cuánto fueran a mentir y falsear al rey. Y lo hizo escribir y se lo envió. Y cuando el rey hubo abierto aquel escrito, y vio que le descubría la verdad, entonces lamentó todo aquello y consideró la falsedad que le habían puesto a aquel hombre.
Y luego lo perdonó, y le hizo gran bien, y a los intrigantes los despreció y nunca dio nada por ellos, y desde aquel hecho nada quiso creerles.”
November 21 – St. Columbanus
Hace 1 día
0 comentarios:
Publicar un comentario