San Luis, estatua en Saint Louis, Missouri, EEUU. |
continuación del post anterior: Reordena el Reino de Jerusalén
San Luis IX realizó la perfección de Francia. Encarnó el país de la armonía, de la bondad, de la generosidad de alma y de la completa entrega a la Santísima Virgen.
Él parece estar presente en la Sainte-Chapelle y en otros lugares que cantan la gloria de Nuestro Señor y de Su Madre Santísima.
Fue un santo según el alma de Francia, como San Fernando III de Castilla, su primo hermano, fue el santo que España esperaba, o San Henrique emperador fue el anhelado de Alemania.
Él contribuyó para hacer de la Edad Media una Jerusalén terrestre, imagen de la celeste. En Alemania, cuando alguien preguntaba: “¿Cómo le va?” y el otro iba muy bien, decía. “Me va como le va al buen Dios en Francia”.
Pues, bajo el santo estadista, Francia imprimió en Europa el equilibrio ideal entre los señores feudales, la realeza y el pueblo, entre el Papa y el Emperador, entre los soberanos vecinos.
El gobernante sin sabiduría pierde su pueblo y el rey sabio lo salva.
Sin sabiduría, el poder civil o eclesiástico se transforman en instrumento de perdición.
Por eso, Don Guéranger, el gran abad de Solesmes, formuló un elogio lapidar del santo: “La Sabiduría eterna bajó un día de su trono en el Cielo y se posó sobre San Luis”.
Fuentes:
Estatua de San Luis en la basílica de Montmartre, Paris
Fondo: Eskimo Nebula, NGC 2392, Hubble Space Telescope
(*) San Luis se tornó entonces el árbitro de la Cristiandad, pos suplencia y en carácter excepcional, ejerciendo la función propia al Emperador – en el caso del impío Federico II, que se había vuelto inepto para ejercerla; y también ejerciendo el papel de mediador entre el Emperador y los Papas Gregorio IX e Inocencio IV, por eso su autoridad moral superaba a las de los supremos titulares, tanto en el plano temporal cuanto en el espiritual.
Don Posper Guéranger O.S.B., L´anné liuturgique, http://www.abbaye-saint-benoit.ch/gueranger/anneliturgique/pentecote/pentecote05/003.htm.
Georges Bordonove, Saint Louis, conferencia pronunciada em Paris, el 16-12-92 na Fundação Dosne-Thiers.
Henri Pourrat, Les Saints de France, Editions Contemporaines Boivin, 1951.
Henri Pourrat, Id. ibid.
Em la época de San Luis, la libra tournois era acuñada por la abadía de Tours, que le daba el nombre, Tenía 6,74 gramos de oro, o 80,88 gramos de plata. En dólares la libra tournois de oro valdría: 6,74 gramos x US$ 38,81 = US$ 261,67. http://fr.wikipedia.org/wiki/Livre_tournois; http://ourohoje.com/ y http://www.goldpriceticker.com/es/.
Cathédrale Notre-Dame de Paris, La Couronne d’Épines, Association Maurice de Sully, Montligeon, 2014, pp. 29 e ss.
Id. ibid.
René Grousset, Histoire des Croisades et du Royaume Franc de Jerusalem, Plon, Paris 1936, vol. III, p. 489; J. F. Michaud, História das Cruzadas, Editora das Américas, São Paulo, Vol. V, pp. 87/88
Georges Bordonove, Saint Louis, col. Les rois qui ont fait la France, Ed. Pygmalion, Paris, 1984, p. 314.
Georges Bordonove, Saint Louis, id. ibid., p.319.
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