En el paganismo era tenida como una profesión vil y, por eso mismo, tarea de esclavos maltratados, usando instrumentos rudimentarios y produciendo poco.
Sin embargo, en las abadías medievales todo cambió. Los monjes desarrollaron prodigiosamente los instrumentos agrícolas, crearon modos de recuperar las tierras, inclusive las menos aprovechables, descubrieron el modo de abonar y fertilizar, combatir a los insectos, seleccionar las especies, preservar los insectos y animales útiles, criar ganado de modo intensivo, hacer huertas en los espacios confinados de las abadías; estudiaron vegetales y animales para extraer de ellos los más variados productos, alimenticios o medicinales, secaron pantanos, canalizaron ríos, racionalizaron el aprovechamiento de las florestas, importaron y exportaron de o para otras abadías próximas o lejanas nuevas variedades vegetales o animales; aplicaron nuevas técnicas de cosecha, transporte y almacenamiento de granos y carnes, crearon toda especie de quesos, vinos, cervezas, champanes, fiambres y dulces, ¡y aún la lista es limitada!
El arado usado en la Edad Media para la agricultura tenía una facilidad mayor por causa de la mejora del sistema de tracción del caballo.
Los antiguos no usaban la fuerza del pecho del caballo para hacer tracción; los caballos aquí tienen aquella brida que hace que ellos tiren con mucho más fuerza.
La escena de vida de campo tiene como fondo uno de los más lindos castillos medievales, el castillo de Saumur.
La nobleza vivía lado a lado con los campesinos, que tenían en el castillo un punto de referencia y de apoyo constante. Trabajadores rurales, agricultura y el castillo, que era la residencia del señor feudal y la fortaleza donde todos van a abrigarse. En caso de necesidad formaban un solo todo.
En las orfebrerías, la Edad Media creó obras primas exclusivas e inigualadas. Un relicario podia tener la forma y la belleza en pequeñas proporciones de una catedral de oro.
Corona del emperador del Santo Imperio |
La estatuilla, dicha del Caballito Blanco del Tesoro de Munich es uma obra prima también de la joyería y de la inspiración artística medieval.
Por fin, la corona de un Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en todo su esplendor.
El Sacro Imperio Romano Germánico fue la llave de cúpula del edificio temporal de la Edad Media que consiguió armonizar a los pueblos europeos.
Hoy, algunos de ellos intentan unirse en una Unión Europea, que muchos califican de nueva Unión Soviética y que amenaza desmoronarse financieramente en cualquier momento.
El emperador del Sacro Imperio era el Rex regnum et Dominus Dominantium, era el Rey de los reyes y el Dominador de los dominadores y el representante de Cristo en la Tierra para el orden temporal, el gladio de Cristo.
Coronación del emperador del Santo Império Romano Alemán |
El ejemplo de la Edad Media llena de ufanía a Europa y a los pueblos católicos, sobre todo cuando las fórmulas actuales para dar cohesión a Europa parecen cada vez más próximas a caer en un abismo irreversible.
La realidad histórica fue bárbaramente deformada por los detractores de la Edad Media.
Entretanto, las tradiciones cristianas son perennes y contienen todo cuanto hay de precioso y noble que puede servir de inspiración salvadora para los siglos venideros.
Después de la Edad Media vinieron otras épocas que heredaron muchas tradiciones medievales y las perfeccionaron, legando para el presente nuevas conquistas de la Civilización Cristiana que se encajan armónicamente en el legado medieval.
El futuro nunca podrá ser una mera imitación de la Edad Media, pero nunca podrá rehusar las conquistas definitivas que la Era de la Luz legó a las generaciones que vinieron después.
(Fuente: conferencia de Plinio Corrêa de Oliveira, 22.04.73. Sin revisión del autor).
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