continuación del post anterior: Cuatro mitos sobre las Cruzadas
Nada podría estar más lejos de la verdad, e incluso una revisión cronológica aclararía eso.
En el año 632, Egipto, Palestina, Siria, Asia Menor, el norte de África, España, Francia, Italia y las islas de Sicilia, Cerdeña y Córcega eran todos territorios cristianos.
Dentro de los límites del Imperio Romano, que todavía era completamente funcional en el Mediterráneo oriental, el cristianismo ortodoxo era la religión oficial y claramente mayoritaria.
Fuera de los límites estaban otras grandes comunidades cristianas: no necesariamente ortodoxas o católicas, pero aún cristianas.
La mayoría de la población cristiana de Persia, por ejemplo, era nestoriana. Ciertamente habían muchas más comunidades cristianas en la región árabe.
Hacia el año 732, un siglo después, los cristianos habían perdido Egipto, Palestina, Siria, el norte de África, España, gran parte de Asia Menor, y la parte sur de Francia.
Italia y sus islas estaban bajo amenaza, y caerían bajo el dominio musulmán en el siglo siguiente. Las comunidades cristianas de Arabia fueron destruidas completamente en o poco después del 633, cuando los judíos y los cristianos por igual fueron expulsados de la península.
Aquellos en Persia estuvieron bajo severa presión. Dos tercios del territorio que había sido del mundo cristiano eran ahora regidos por musulmanes.
¿Qué había pasado?
La mayoría de la gente sí sabe la respuesta, si es que se les precisa un poco, pero por alguna razón no conectan usualmente la respuesta a las cruzadas.
La respuesta es el avance del Islam.
Los húsares polacos de Jan Sobieski cubiertos de gloria en la salvación de Viena usaban una especie de alas que hacian pensar en los ángeles |
Pero esto no dio por concluido el programa de conquistas del Islam.
Los ataques continuaron, focalizándose de tiempo en tiempo en los intentos cristianos por repelerlos.
Carlo Magno bloqueó el avance musulmán en Europa occidental cerca al 800 pero las fuerzas islámicas simplemente cambiaron su objetivo y comenzaron por las islas del norte de África hasta las costas francesas e italianas, atacando el territorio principal italiano en el 837.
Una confusa lucha por el control de la zona centro y sur de Italia prosiguió el resto del siglo IX y el décimo.
En cien años entre el 850 y el 950, los monjes benedictinos fueron expulsados de sus antiguos monasterios, los estados papales fueron arrasados y se establecieron bases piratas musulmanas en toda la costa norte de Italia y en el sur de Francia, desde donde se lanzaron los ataques en lo más profundo del territorio.
Desesperados por proteger a las víctimas cristianas, los Papas se involucraron en los siglos XI y XII dirigiendo la defensa de los territorios a su alrededor.
La autoridad secular sobreviviente del mundo cristiano en este tiempo fue el Imperio Romano de Oriente o Bizantino.
Habiendo perdido mucho de su territorio en los siglos VII y VIII por la repentina amputación provocada por los musulmanes, los bizantinos tomaron un largo periodo para renovar fuerzas y contraatacar.
A mediados del siglo IX, iniciaron el contraataque en Egipto, la primera vez desde el 645 en que osaron ir tan lejos al sur.
Entre las décadas del 940s’ y el 970s’, los bizantinos lograron un gran avance al recuperar territorios perdidos.
San Juan de Capistrano fué uno de los grandes héroes de la batalla de Belgrado |
El contraataque musulmán no se hizo esperar y los bizantinos pudieron retener, a duras penas, Alepo (Siria) y Antioquía.
La lucha continuó sin cesar en el siglo XI. En 1009, un trastornado gobernante musulmán destruyó la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén e inició una gran persecución de cristianos y judíos.
Pronto fue depuesto y hacia el año 1038 los bizantinos habían negociado el derecho a tratar de reconstruir la estructura.
Sin embargo otros eventos hacían difícil la vida para los cristianos en el área, especialmente el desplazamiento de los gobernantes árabes musulmanes por los turcos Seljuk, quienes desde el 1055 comenzaron a tomar el control de Medio Oriente.
Esto desestabilizó el territorio e introdujo nuevos gobernantes (los turcos) que no estaban familiarizados ni siquiera con el mosaico y modus vivendi que había existido entre la mayoría de los gobernantes árabes musulmanes y sus súbditos cristianos.
Las peregrinaciones comenzaron a hacerse cada vez más difíciles y peligrosas, y los peregrinos occidentales comenzaron a unirse y a portar armas para defenderse mientras trataban de llegar a los santos lugares en Palestina: son destacables las peregrinaciones armadas que se dieron entre 1064 y 1065; y entre 1087 y 1091.
En el Mediterráneo occidental y central, el balance de poder se inclinaba hacia los cristianos y se le iba de las manos a los musulmanes.
En el 1034, los pisanos saquearon una base musulmana en África del Norte y finalmente extendieron sus contraataques a todo el Mediterráneo.
También ellos generaron contraataques hacia Sicilia entre 1062 y 1063. En 1087, una gran fuerza aliada saqueó Mahdia, actualmente Túnez, en una campaña patrocinada por el Papa Víctor III y la condesa de Toscana. Claramente los cristianos italianos estaban tomando la delantera.
Godofredo de Bouillon (estatua), duque de Lorena, comandó el rescate de Jerusalén. Fondo: iglesia del Santo Sepulcro. |
El alza de los turcos musulmanes varió el peso del poder militar contra los bizantinos, quienes perdieron una considerable extensión de terreno nuevamente en la década del ‘1060s.
Intentando encabezar otras incursiones en el lejano oriente de Asia Menor en 1071, los bizantinos sufrieron una devastadora derrota a manos de los turcos en la batalla de Manzikert. C
omo resultado de esta batalla, los cristianos perdieron el control de casi toda Asia Menor, con sus recursos agrarios y sus territorios de reclutamiento militar, y un sultán musulmán estableció una capital en Nicea, lugar de la creación del Credo Niceno Constantinopolitano en el 325, a 125 millas de Constantinopla.
Desesperados, los bizantinos pidieron ayuda a occidente, dirigiendo estos llamados primeramente a la persona que veían como autoridad allá: el Papa, que, como hemos visto, ya había estado dirigiendo la resistencia cristiana contra los ataques musulmanes.
En los primeros años de la década del ‘1070s, el Papa era Gregorio VII, e inmediatamente comenzó los planes para liderar una expedición en ayuda de los bizantinos.
Debido a su participación en un conflicto con los emperadores alemanes (lo que los historiadores llaman la ‘controversia de investidura’), no pudo ofrecer una ayuda significativa.
Sin embargo los bizantinos persistieron en su pedido de ayuda, y finalmente, en el año 1095, el Papa Urbano II hizo realidad el deseo de Gregorio VII, poniéndolo en práctica en lo que sería la Primera Cruzada.
Si una cruzada era lo que Urbano o los bizantinos tenían en mente es cuestión de cierta controversia. Pero la articulada progresión de eventos que llevaron a ella no lo es.
Lejos de no haber sido provocadas, entonces, las cruzadas realmente representan el primer gran contraataque del Occidente cristiano contra los ataques musulmanes que se habían dado continuamente desde el inicio del Islam hasta el siglo XI, y que siguieron luego casi sin cesar.
Tres de las cinco sedes episcopales de la cristiandad (Jerusalén, Antioquía y Alejandría) habían sido capturadas en el siglo VII antes de las cruzadas.
La cuarta sería capturada en 1453, dejando solo una de las cinco (Roma) en manos cristianas hacia el año 1500. Roma fue amenazada nuevamente en el siglo XVI.
Prof.Paul F. Crawford del Departamento de Historia y Ciencias Políticas de la Universidad de California - Pennsylvania |
Las cruzadas fueron simplemente una herramienta en las opciones defensivas ejercidas por los cristianos.
Para poner el asunto en perspectiva, basta con preguntarse cuántas veces fuerzas cristianas han atacado la Meca. La respuesta, por supuesto, es nunca.
(Autor: Paul F. Crawford, de la Universidad de California-Pennsylvania. El Dr. Crawford es especialista de la historia de las Cruzadas y de las órdenes militares religiosas y autor de numerosos escritos sobre el tema. Actualmente lidera un grupo internacional de profesores que prepara la edición de la vida del líder cruzado Renaud de Châtillon.)
continúa en el próximo post: Mito 2: Los cristianos fueron motivados por la codicia de las riquezas de los musulmanes
1 comentarios:
El mito de las "malévolas" cruzadas es uno más de cientos que se han creado en torno a la cultura occidental. Desmitificar la Historia es deber moral de todo historiador serio. Enhorabuena por aportar una luz de verdad en una sociedad que vive en las tinieblas de la ignorancia.
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