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miércoles, 25 de enero de 2012

La perfecta alegría


Iba una vez San Francisco con el hermano León de Perusa a Santa María de los Ángeles en tiempo de invierno.

Sintiéndose atormentado por la intensidad del frío (...) el hermano León, lleno de asombro, le preguntó:

— ¿Padre, te pido, de parte de Dios, que me digas en qué está la alegría perfecta?

Y San Francisco le respondió:

— Si, cuando lleguemos a Santa María de los Ángeles, mojados como estamos por la lluvia y pasmados de frío, cubiertos de lodo y desfallecidos de hambre, llamamos a la puerta del lugar y llega malhumorado el portero y grita:

— “¿Quiénes sois vosotros?”

Y nosotros le decimos:

— “Somos dos de vuestros hermanos”.

Y él dice:

— “¡Mentira! Sois dos bribones que vais engañando al mundo y robando las limosnas de los pobres. ¡Fuera de aquí!”

Y no nos abre y nos tiene allí fuera aguantando la nieve y la lluvia, el frío y el hambre hasta la noche.



Si sabemos soportar con paciencia, sin alterarnos y sin murmurar contra él, (...) escribe que aquí hay alegría perfecta. 

Y si nosotros, obligados por el hambre y el frío de la noche, volvemos todavía a llamar, gritando y suplicando entre llantos por el amor de Dios, que nos abra y nos permita entrar, y él más enfurecido dice:

— “¡Vaya con estos pesados indeseables! Yo les voy a dar su merecido”.

Y sale fuera con un palo nudoso y nos coge por el capucho, y nos tira a tierra, y nos arrastra por la nieve, y nos apalea con todos los nudos de aquel palo; si todo esto lo soportamos con paciencia y con gozo, acordándonos de los padecimientos de Cristo bendito, que nosotros hemos de sobrellevar por su amor, ¡oh hermano León!, escribe que aquí hay alegría perfecta.

— Y ahora escucha la conclusión, hermano León: por encima de todas las gracias y de todos los dones del Espíritu Santo que Cristo concede a sus amigos, está el de vencerse a sí mismo y de sobrellevar gustosamente, por amor de Cristo Jesús, penas, injurias, oprobios e incomodidades.



(Fuente: Florecillas de San Francisco, cap. 8 - Cómo San Francisco enseñó al hermano León en qué consiste la alegría perfecta).



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