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| Milagro de la batalla e de Ourique |
En la batalla de Ourique, él estaba en la indecisión del resultado de la lucha contra los moros.
En ese momento, se le apareció Nuestro Señor Jesucristo exhibiendo las cinco llagas, clavado en la Cruz, e incitándolo a que no perdiese el ánimo y continuase adelante. Porque la Providencia quería un Portugal portugués.
Él continuó la batalla y ganó. Es de ahí que las cinco llagas de Nuestro Señor están en el origen del reino de Portugal, que era antes un condado y que pasó a reino en ese tiempo.
El origen de Portugal y toda su vida es, por lo tanto, profundamente embebida de cosas católicas.
Decimos que los reyes de Portugal, o Pedro Álvarez Cabral, descubrió Brasil. Esas cosas son muy controvertidas, y una de ellas es notoriamente equivocada.
No fue Portugal que descubrió Brasil. Eran portugueses los marineros, los capitanes, la escuela de navegación de Sagres, con base en la cual las naves portuguesas, con Pedro Álvarez Cabral, que tocaron en el Brasil.
En Brasil fue celebrada la Primera Misa y se tomó posición en nombre del rey de Portugal, etc. Pero en realidad, las naves que iban al Brasil no pertenecían a Portugal. Pertenecían a la Orden de Cristo.
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| Templário (esq.) e Hosplitalário (dir.) |
¿Qué era la Orden de Cristo?
Era la continuación de la Orden de los Templarios, clausurada en Francia por Felipe IV, con un infeliz consentimiento de la Santa Sede.
La Orden de los Templarios, a pedido del rey de Portugal, se conservó en Portugal cambiando de nombre. Y pasó a ser la Orden de Cristo.
Esa orden tenía las naves con que vinieron los descubridores a América. De modo que los navegantes portugueses descubrieron Brasil en naves de la Orden de Cristo.
Por eso las carabelas llevaban la Cruz de Cristo, con la forma especial de esa Orden continuadora de los templarios, para significar que era la Orden de Cristo que estaba descubriendo.
Como el rey de Portugal era Gran Maestro de la Orden de Cristo, esas tierras pasaron a ser gobernadas por él, no como rey de Portugal, sino como Gran Maestro de la Orden de Cristo.
Y después, más tarde, nació de una misa, cuando la Orden de Cristo tomó cuenta de aquellas tierras en nombre de Nuestro Señor Jesucristo. Esa es la realidad.
El hecho es evidente y lleva sello profundamente católico de todo aquello que Portugal y España hacían.
Ellos tenían la intención evidente y declarada de compensar por los descubrimientos lo que la Santa Sede perdía con la apostasía de Alemania, Suecia, Noruega, Dinamarca, Inglaterra, Escocia, etc.
Era una especie de compensación que ellos querían dar. Y ¡qué enorme, gigantesca compensación!
Si América española no hubiese perdido el litoral pacífico de América del Norte para los norteamericanos, se puede imaginar el poder que sería. ¡Una cosa extraordinaria!
(Fuente: Plinio Correa de Oliveira, 24/3/88. Sin revisión del autor)
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