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El Sacramentario de Tyniecki adoptó
la minúscula carolingia, clara y fácil de leer |
Nada más básico para la lectura que la escritura legible y una buena caligrafía o tipografía.
El lector imagine un texto escrito todo en mayúsculas, sin espacios entre una palabra y otra. Sería muy penoso de leer.
Era el caso de la escritura de los romanos, de la cual proviene la nuestra.
Los romanos escribían así, como está registrado en innúmeros monumentos, como en el arco de Septimio Severo en Roma, por ejemplo.
Debemos la facilidad de lectura de nuestra escritura a la Edad Media. Y sobre todo al emperador Carlomagno.
Por vuelta del año 780, el emperador ordenó que la Escuela Palatina, que funcionaba en su palacio, pasase a usar letras minúsculas y pusiese espacios entre las palabras.
Fue así que se tornó oficial la “minúscula carolingia”, antepasada directa de nuestra escritura.
Carlomagno actuó aconsejado por el abad Alcuino, monje benedictino de York, y que fue una especie de ministro de Educación muy querido por el emperador.