San José está durmiendo. A su alrededor están las ovejitas, el burro y otros animales. Los ángeles llenan el cielo, cantando Gloria in excelsis Deo, et in terra pax hominibus bonae voluntatis!
Y los pastores oyen atentos el cántico celestial. Es exactamente lo que la liturgia celebrará en la Nochebuena, el 24 de diciembre.
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Es entrada la noche. Nuestra Señora acaba de dar a luz al Niño Jesús de un modo misterioso y maravilloso.
Su gesto, su actitud, es presentado como el de una persona enteramente sana que se vuelve en su lecho para confortar, para mejor acondicionar al Niño.
Ella realiza ese gesto con una desenvoltura física que no es lo propio de una madre que acaba de dar a luz.