Manzanares El Real parece desafiar a las montañas |
Con su orgullosa torre, parece desafiar a las montañas circunvecinas, cuya grandeza supera cualquier grandeza que procure confrontarla.
Magnífico castillo, altanero, noble, fuerte, dispuesto a enfrentar mil moros, hasta hace pocas décadas era una carcasa, una ruina, que sólo en el Siglo XX fue reconstruida.
Manzanares El Real quedó muchos siglos olvidado y abandonado.
Manzanares El Real vale por um examen de conciencia |
Su construcción comenzó en 1475 – por tanto, en la época de los reyes católicos, Isabel y Fernando el Católico – y ahora se encuentra enteramente restaurado.
Es propiedad del Duque del Infantado, don Íñigo de Arteaga y Martín, heredero de una de las más ilustres Casas nobles españolas.
Manzanares El Real enfrentó un preconcepto anti-castillo que está ligado al preconcepto anti-feudal.
Porque es un castillo categórico, radical, estupendo.
Atrae un número pequeño de almas, y en otras despierta extrañeza porque sienten la conciencia despertada.
Este castillo vale por un examen de conciencia ignaciano.
O casteillo al pié de la montaña esperando a los moros |
El castillo queda instalado sobre ese fondo, esperando a los moros.
La torre es bien Siglo XV y está adornada con una lindísima puntilla de piedra. Las bolas al lado dan al castillo una belleza extraordinaria.
La fortaleza tiene cuatro torres grandiosas flanqueando la masa firme del castillo
Manzanares el Real: en un panorama montañoso y heroico |
Las cuatro altaneras torres parecen sólidas y, al mismo tiempo, son tan leves que se diría que pueden danzar de castañuelas.
Entretanto, son firmes como un héroe en el momento de la estocada.
La masa del castillo es como un pecho abierto que aguanta cualquier ataque.
Las bendiciones de Dios están presentes en Manzanares El Real |
En Europa hubo grandes hechos, hubo hombres que pensaron grandes cosas.
Hay bendiciones que fluctúan en Europa y que son restos de las tradiciones de héroes que hubo por allá.
Es el caso del castillo de Manzanares El Real.
Me ha encantado, todo, tan bien escrito, ¡qué lenguaje!, qué bien expresa aquel espíritu constructivo, puesto al servicio de tan Buen Señor, el Señor de todos los tiempos.
ResponderEliminarQué blog tan extraordinario, es precioso, creo que lo visitaré cuando quiera recuperarme del exceso de vulgaridad.