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lunes, 24 de noviembre de 2014

Cachorro de León
San Luis, estadista de la Cristiandad 1


Luis Dufaur










“La Sabiduría eterna descendió un día de su trono en el Cielo y se posó sobre San Luis” – escribió don Guéranger. A los 800 años del nacimiento del santo Rey de Francia, el orbe católico lo recuerda con devoción y añoranza.

El 25 de abril de 1214 un niño nació en el castillo de Poissy, cerca de París. Hay hoy en el lugar un monasterio para honrar a aquel niño, que conocemos por el nombre de San Luis IX, Rey de Francia.

El feliz acontecimiento se dio en medio a una tormenta política. En ese año, su abuelo, el rey Felipe Augusto, derrotó en la batalla de Bouvines a una coalición de príncipes y nobles franceses rebelados, apoyados por el rey de Inglaterra, Juan Sin Tierra, sustentados por el emperador Othon IV y auxiliados por tropas flamencas de Holanda y Lorena.

lunes, 17 de noviembre de 2014

Ennoblecimiento del estado matrimonial y protección de la mujer y de los niños: otros legados medievales

Ceremonia de casamiento como era nos siglos XII y XIII
Ceremonia de casamiento como era nos siglos XII y XIII

Los obispos carolingios del siglo IX intentaron reglamentar el casamiento cristiano, redactando una seria de tratados (espejos).

En ellos, el casamiento era valorizado, la mujer reconocida como persona con pleno derecho familiar y en pie de igualdad con el marido, y la violencia sexual denunciada como crimen grave y del ámbito de la justicia pública.

Los niños también fueron objeto de reflexión en esos espejos: la maternidad fue considerada un valor (charitas = caridad), y los cónyuges tenían la obligación de aceptar y reconocer a los hijos.

Así, la acción del clero fue doble: por un lado, los obispos lucharon contra la práctica del infanticidio; por el otro, los monjes revalorizaban al niño, que pasó por un proceso de educación direccionada, de cuño integral y totalmente igualitario.

Por ejemplo, las escuelas monacales carolingias daban preferencia a niños hijos de esclavos y siervos, en vez de hijos de hombres libres, al punto de Carlomagno ser obligado a pedir que los monjes recibiesen también para educar niños hijos de hombres libres.

lunes, 10 de noviembre de 2014

En los monasterios: escuelas gratuitas para niños de todas las condiciones


Fuera del mundo secular, un espacio social lentamente impuso una nueva perspectiva a la educación infantil: el monacato.

Los monjes crearon verdaderos “jardines de infancia” en los monasterios, recibiendo indistintamente todos los niños entregados, vistiéndolos, alimentándolos y educándolos, en un sistema integral de formación educacional.

Las comunidades monásticas célticas fueron las que más avanzaron en ese nuevo modelo de educación, pues se oponían radicalmente a las prácticas pedagógicas vigentes de las poblaciones bárbaras, que defendían el endurecimiento del corazón ya en la infancia.

Por el contrario, en vez de brutalizar el corazón de los niños para la guerra y la violencia, los monjes lo abrían para el amor y la serenidad.

Los niños eran educados por todos en el monasterio hasta la edad de quince años. La Regla de San Benito prescribe diligencia en la disciplina: que los niños no sean castigados sin motivo, pues “no hagas a otro lo que no quieres que te hagan”.

lunes, 3 de noviembre de 2014

El amor a los niños:
fruto bendito de la Cristiandad medieval

Federico de Sonneburg y sus hijos. Codex Manesse, fol. 407r.
Federico de Sonneburg y sus hijos. Codex Manesse, fol. 407r.
La primera herencia de la Antigüedad no es nada buena: la vida del niño en el mundo romano dependía totalmente del deseo del padre.

El poder del pater familiae era absoluto: un ciudadano no tenía un hijo, lo agarraba. En el caso de que el niño no quisiese – el hecho era bastante común – era abandonado. ¿Y qué sucedía a los abandonados? La muerte.

La segunda herencia que la Edad Media hereda de la Antigüedad, la cultura bárbara, nos fue pasada especialmente por Tácito. Él nos cuenta que la tradición germánica en relación a los niños era un poco mejor que la romana.

Los germanos no practicaban el infanticidio, las propias madres amamantaban a sus hijos y los niños eran educados sin distinción de posición social.

De esas dos tradiciones culturales que se mezclaron e hicieron emerger la Edad Media, concluyo que el status de niño en aquellas sociedades antiguas era prácticamente nulo. Hasta el fin de la Antigüedad, los niños pobres eran abandonados o vendidos; los ricos abandonados – por causa de disputas de herencia – eran entregados a la propia suerte.

En ese contexto histórico-cultural es que se comprende la fuerza y el impacto del cristianismo, que rompió con esas dos tradiciones.

 
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