Reciba actualizaciones gratis via email: DIGITE SU EMAIL:

lunes, 29 de septiembre de 2014

La guerra santa en Carlomagno y sus Pares

Carlomagno en batalla contra los sajones, British Library
Carlomagno en batalla contra los sajones, British Library
Vamos a imaginar a Carlomagno en el momento de lanzarse contra los sarracenos que invadieron el sur de España.

Entonces, él está con su tienda armada, pero es una tienda linda, guerrera, militar, con pendones, etc., etc.

Una tienda medieval con guerreros andando de un lado a otro con una compenetración que es de hombre que está yendo para la guerra sagrada.

Entran cinco, ocho, diez hombres. Son los pares de Carlomagno que se aproximan. Carlomagno está majestuoso, con reposo fecundo, de esos reposos que tienen hombres prontos para la batalla.


Urna con los restos de Carlomagno, Aquisgrán, Alemania
Urna con los restos de Carlomagno, Aquisgrán, Alemania
Nosotros lo podemos imaginar como lo pintó Dürer: con una inmensa barba, un hombre de cincuenta a sesenta años, con ojos grandes, trazos regulares, hecho todo de armonías, pero de una fuerza de Hércules.

Todos se aproximan, cuando los pares van pasando per el campamento; todo el mundo tiene un frisson: “¡Mira Roland, mira Olivier, mira aquél!”. Todo el mundo se extasía.

A medida que ellos van llegando cerca de la tienda de Carlomagno, en el ejército se va haciendo un silencio, porque se comprende que un fenómeno enorme de alma va a pasar: Carlomagno se va a encontrar con sus pares, y va a dar las órdenes de batalla.

¡Cuando ellos entran, se extasían también ante la persona de Carlomagno! Carlomagno, digno, grave, pero al mismo tiempo afable, pregunta a ellos qué informaciones tienen. Ellos:

Fuente de Roland, Bremen, Alemania
Fuente de Roland, Bremen, Alemania
– Sire, el enemigo llevó su audacia a tal punto que quemó tal convento, etc., y ocupa tal posición fortificada en tal lugar, etc., etc. Nosotros perdimos tantos hombres en la lucha contra ellos y no conseguimos rechazarlos.

– ¿Qué cuenta mi valiente Olivier, que hizo tales y tales cosas?

– Sire, la audacia del Creciente llegó hasta otro punto, pero nosotros conseguimos destrozarlos, etc., y apareció Santa Ana, madre de la bienaventurada Virgen María, en esa hora, cuando el guerrero tal gritó: “¡Santa Ana, socórrenos!”. Y con una falange de Ángeles, ella mandó que esos hombres se fueran.

Después tal cosa y tal otra. Todos rezan y Carlomagno después da el plan de batalla.

– “Vosotros, que vencisteis en España, que doblegasteis a los infieles en Cataluña, y no sé qué más, iréis a tal lugar, etc., etc...”, repitiendo un poco los hechos de gloria de cada uno, para entusiasmar.

Oración común. Salen todos. Reina el silencio en la tienda de Carlomagno. La escena terminó. La batalla va a comenzar.

¡Es muy superior!


(Autor: Plinio Corrêa de Oliveira. Trechos de conferencia pronunciada el 15/10/1975. Sin revisión del autor).

AS CRUZADASCASTELOS MEDIEVAISCATEDRAIS MEDIEVAISHERÓIS MEDIEVAISORAÇÕES E MILAGRES MEDIEVAISCONTOS E LENDAS DA ERA MEDIEVALA CIDADE MEDIEVALJOIAS E SIMBOLOS MEDIEVAIS

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
ASSINE