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lunes, 3 de septiembre de 2012

San Gregorio Magno: baluarte de la Edad Media naciente – 2

San Gregorio Magno
San Gregorio Magno
Continuación del post anterior

Capitán, rey, pontífice, padre del pueblo

Una triste situación se presentaba ante el nuevo Papa. La Iglesia estaba en deplorable estado y necesitaba de una mano firme que la reformara.

En África, imperaba la herejía donatista; en España, la arriana; en Inglaterra, la idolatría; y en la Galia, la simonía, los crímenes de Fredegunda y los errores de Brunilda.

En Italia, los lombardos, que eran arrianos y rivales del poder imperial, hacían devastaciones. En Oriente, se manifestaba la arrogancia de los patriarcas de Constantinopla y la mala voluntad de los emperadores bizantinos que, no pudiendo defender ni gobernar Italia, quedaban con celos al ver que los Papas cumplían ese papel.

En fin, en todas las fronteras del Imperio Romano, hordas de bárbaros amenazaban acabar con lo que restaba de pie en ese mundo en transición.


El nuevo Papa “luchaba contra la peste, contra los temblores de tierra, contra los bárbaros heréticos y contra los bárbaros idólatras, contra el paganismo muerto e infecto pero insepulto, contra su propio cuerpo, consumido por las enfermedades; y se puede decir que el alma de Gregorio era lo único enteramente sano que existía en toda la humanidad”.4

Así, con una habilidad y energía raras, él se multiplicaba, haciendo de capitán, rey, pontífice y padre de los romanos. Reunió tropas y pagó su sueldo, proporcionó a los bárbaros las contribuciones que exigían para no invadir Roma; alimentó y consoló al pueblo.

Obtuvo del rey de los lombardos una tregua con Roma y su territorio. Con la ayuda de Teodolinda, reina de los lombardos, que era cristiana y amiga fiel del Papa, consiguió la conversión de toda la nación lombarda del arrianismo a la fe católica.

Libró después el territorio pontificio de todos los tiranuelos que habían surgido en medio de la anarquía, dando inicio al poder temporal de los Papas.

San Gregorio Magno redacta inspirado por el Espíritu Santo
San Gregorio Magno redacta inspirado por el Espíritu Santo
En 592 el emperador bizantino, por un edicto, prohibió a sus soldados abrazar la vida monástica. Inmediatamente San Gregorio le escribió mostrando que, con ello, él hería las leyes de Dios y el derecho de conciencia de los soldados.

Recordándole al emperador Mauricio las terribles cuentas que tendría que prestar a Dios por esa decisión, el día de su juicio particular.

El gran Papa comunicó a su embajador en Constantinopla:

“Sé tolerar por mucho tiempo, pero, una vez que resuelva resistir, me lanzo con alegría en todos los peligros. Antes morir que ver a la Iglesia del Apóstol San Pedro degenerar en mis manos”.

Por su humildad, Gregorio fue el primer Papa que se llamó “siervo de los siervos de Dios”. En sus labios, esa declaración no era una mera figura retórica.

Consolida la liturgia, codifica el canto sagrado

Gregorio fue proficuo en sus escritos, habiendo todos ellos alcanzado gran repercusión. De ahí el título que merecidamente recibió de Doctor de la Iglesia.

En su Libro de la Regla Pastoral, por ejemplo, una de sus obras que más influyeron en la Edad Media, proporciona al clero una norma de vida.

Ya en sus Homilías, se dirige al pueblo con una simplicidad conmovedora. Su palabra es tan eminentemente comunicativa, tan viva, tan apropiada, que la multitud la escucha religiosamente, a veces con lágrimas, otras con aplausos.

De mayor valor trascendental fueron su consolidación litúrgica y la codificación del canto eclesiástico (hasta hoy el canto llano lleva su nombre, gregoriano).

A él se debe, por ejemplo, la costumbre de cantar el Kyrie eleison en la Misa, la introducción del Padrenuestro antes de la fracción de la Hostia, y de los aleluyas en los oficios divinos, incluso fuera del tiempo pascual.

Tumba de San Gregorio Magno
Tumba de San Gregorio Magno
Tuvo mucho empeño en realizar las ceremonias de culto con mucha pompa exterior, para instrucción y edificación del pueblo.5

Del punto de vista de la liturgia, fue un digno predecesor del Papa San Pío V.

San Gregorio Magno tuvo un gran empeño en la conversión de los ingleses, de manera que mereció el título de Apóstol de Inglaterra.

El Pontífice, incluso antes de ser electo Papa, había pasado por diversas crisis de salud que duraron meses enteros.

Hacia el fin de su vida, escribió:

“Hace casi dos años estoy en cama, con grandes dolores de gota, de modo que apenas en los días de fiesta me puedo levantar para celebrar. Y luego, con la fuerza del dolor, me vuelvo a recostar. [...] Así, muriendo cada día, nunca acabo de morir, y no es maravilla que yo, siendo tan gran pecador, Dios me mantenga tanto tiempo en esta cárcel”.

El gran Papa falleció el día 12 de marzo de 604, a los sesenta años de edad.


Notas.-
1. F.H. Dudden, Gregory the Great, I, p. v, in The Catholic Encyclopedia, Vol. VI, Copyright © 1909 by Robert Appleton Company, online edition, © 2003 by Kevin Knight.
2. Les Petits Bollandistes, Vies des Saints, Bloud et Barral, Libraires-Éditeurs, París, 1882, t. III, p. 360.
3. G. Roger Hudleston, Saint Gregory the Great, in The Catholic Encyclopedia.
4. Fray Justo Pérez de Urbel O.S.B., Año Cristiano, Ediciones Fax, Madrid, 1945, t. I, p. 488.
5. Cf. Edelvives, El Santo de Cada Día, Editorial Luis Vives, Zaragoza, 1947, t. II, p. 126.

(Autor: Plinio María Solimeo)



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